Por Mauricio Vallejo Márquez Ahí estaba yo. Observando el recorrido que haría sin usar mis pies. Con mi mejor rostro de valiente sonriendo ante el enfrentamiento del temor, como de costumbre. Subí los peldaños de madera en el juego de Gerónimo, listó para recorrer cuatrocientos metros de largo. Sólo cruzaba por mi mente …
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