Por Tania Primavera …Historias urbanas… Los dedos llenos de tierra, arañando el suelo, al llegar todavía faltaba un caminito que te podías caer, cruzabas, y ahí estaban… unas mesas de madera de pino. La X, era una tienda donde podías “estar”. La ciudad era un racimo de lucecitas al ocaso. Podías ir a toda hora. …
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