Por Mauricio Vallejo Márquez Ahí estaba, sentado en mi sillita de hierro y hule con su sombrero de cuero agitando la Cuma. Mi abuelo mantenía a raya la grama haciéndola semejante a una alfombra. Con esmero la mantenía a pocos centímetros del suelo. Pero no se ponía en cuclillas para afeitarla, usaba mi sillita para …
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